viernes, 10 de febrero de 2017

PROFETIZA! ALABA!



Ezequiel 37; 1-14: EL VALLE DE LOS HUESOS SECOS

1  La mano de Jehová vino sobre mi y llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
2  Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.
3  Y me dijo: Hijo de hombre, vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, Tú lo sabes.
4  Me dijo entonces; Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.
5  Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.
6  Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.
7  Profeticé, pues como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su huesos.
8  Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había espíritu en ellos.
9  Y me dijo: Profetiza al Espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.
10  Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y preció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.
12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí Yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.
13  Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.
14  Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.


Este episodio espiritual vivido por el profeta Ezequiel, siempre que lo leo, o escucho me advierte que busque y mire en que área de mi vida puede haber: "huesos secos"
-Quizás nuestros sueños se convirtieron en ... "huesos secos" ... O,  nuestros proyectos, trabajos, empresas, familia, ... (la lista puede ser extensa) ...
-Pero una cosa aprendo cada vez, y es que DEBO PROFETIZAR!
¡Cuánto cuesta, (humanamente hablando) ... Porque pensamos que ...
1) No estamos preparados..
2) No tenemos autoridad!
3) No nos corresponde a nosotros, no es cosa nuestra, porque no somos profetas..

¡Vaya!... cuántos no... Pero si leemos de nuevo los catorce versículos comprobaremos que el Señor no le hizo ésas preguntas al profeta; sino que le preguntó: Hijo de hombre, vivirán estos huesos?

-La respuesta del profeta me encanta!:   Señor Jehová, Tú lo sabes!
Con esas palabras, Ezequiel, no cerró la puerta al obrar de Dios; sino que se la dejó abierta para que Dios pueda obrar un  milagro!
Ezequiel puso freno a sus labios y no pronunció lo que veían sus ojos; tampoco puso palabras a sus pensamientos, ni fue negativo, pero tampoco un hombre muy animoso o exaltado; sino que ... la fe habló por su boca, cuando puso toda su confianza en el poder de Dios!..
Saben?.. yo deseo ser como Ezequiel: obediente y usando bien la porción de fe que me dio el Señor!
Tenemos que pedir a Dios que nos dé palabras exactas para profetizar sobre nuestras vidas en cualquier área que esté seca, o quizás ni siquiera nos acordamos ya de ellos, porque nuestros sentimientos los consideraron demasiados muertos y secos, como para resucitarlos.
Pero creo que si el Señor nos habla por esta Palabra es por que hay cosas, sueños, proyectos, planes, y propósitos de Dios, en nuestras vidas que nosotros lo consideramos muertos, inexistentes, ya no va más....
Pero Dios nos dice: PROFETIZA! Profetiza y alaba ... porque en la alabanza está la victoria por adelantado...

-Señor, venimos a ti en este momento a darte gracias, por todas tus bendiciones, prodigios y maravillas que haces día a día en nuestras vidas; gracias por esta enseñanza, y advertencia de que hay cosas que hemos dejado morir, o que las consideramos muertas, pero queremos ser obedientes como lo fue Ezequiel y vamos a profetizar como lo hizo él.
Espíritu Santo llena nuestra boca de alabanzas a nuestro Dios y también palabras proféticas, para hacer la obra que nuestro Dios nos encomendó. en el nombre de Jesús. Amen.



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