lunes, 13 de marzo de 2017

LA SAMARITANA




SAN JUAN 4; 1- 42: JESÚS Y LA MUJER SAMARITANA

Al leer detenidamente este pasaje Bíblico, me doy cuenta, que esta mujer no era ignorante de su historia, de su genealogía, de sus derechos y obligaciones; a pesar de su mala reputación, que la obligaba a buscar agua al pozo público a las doce del mediodía, hora en la cual, las demás señoras no salían de sus casas.
Esta mujer repudiada por la sociedad de su época, porque había tenido cinco maridos, y el que ahora vivía con ella, no era su marido: (vers.17,18); Pudo entablar con el Señor Jesús una conversación normal, y le hizo tres preguntas muy importantes para ella: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Quién?
Preguntas que muchas veces, nosotros también nos las hacemos, o similares a éstas.

Para entender este relato, es necesario saber que los samaritanos eran descendientes de José, el que fue vendido por sus hermanos; (Gen.37-50); y que ése pozo de agua, mas toda la extensión de tierra que poseían, era la herencia que Jacob, el padre de José, se la había otorgado. Por eso ésta mujer, se acercó al pozo a buscar agua, aunque haya visto que allí estaba sentado un judío; porque ése pozo le pertenecía, y se lo dijo a Jesús, mientras hablaba con él. (vers 12)
¿Cómo me hablas y me pides agua?  - porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí-. 
Había allí, una discrepancia familiar, puesto que su origen fue el mismo; pero con el tiempo se transformó en dos pueblos distintos y divididos.

Imagino que esta mujer cuando vio a Jesús allí pensó: -Es un judío, no me hablará, ni le hablaré, es mejor esto que todas las vecinas del pueblo-
Por eso se sorprendió que Jesús le hablara, y para mas, ... ¡le pidió agua!... (vers 7-9).

Entiendo la sorpresa de aquella mujer, porque igual me sentí yo, cuando sentí el amor de Dios, y mas aun, cuando me pidió que le sirviera. ¿yo? ... ¿en serio?

La Biblia registra la misma sorpresa en muchos profetas, como ser: Isaías, Jeremías, Gedeón, y tantos otros. Porque nosotros vamos por la vida, sin prestar atención a las cosas de Dios, ni a su obrar, tampoco preguntamos por Él, o lo que tendríamos que hacer para conocer sus planes para nuestra vida, cuando de repente, un buen día, nos sale al encuentro, o nos está esperando, sentado en la boca de un pozo de agua. Así es nuestro Dios! ¡fantástico! sorprendente! MAGNÍFICO! BUENO!

La segunda pregunta fue: ¿Dónde tienes el agua de Vida? ... y ¿Quién eres?
Jesús no le responde directamente, pero le da enseñanzas que ella las procesa de tal forma que va entiendo quién es el que habla con ella, y le dice:
Señor, me parece que tú eres profeta. (vers.19) y en el (vers 25): yo sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; (ungido); cuando Él venga nos declarará todas las cosas.
Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.  Con esa respuesta, con esa declaración y revelación que le dijo el Señor; esta mujer no necesitó mas; y para poder correr dejó su cántaro de agua, (el agua que fue a buscar) y se vuelve de prisa al pueblo y llama a los hombres; y les cuenta con quien estuvo hablando y todo lo que le había dicho; éstos salieron de prisa también y le rogaron al Señor que se quedase con ellos, y El, Jesús, se quedó con ellos como dos días.
Mi pastor suele decir que ella, la samaritana, fue la primer mujer misionera.

Con esta historia aprendo que tenemos que ser conscientes de que Jesús nos puede estar esperando en cualquier momento y en cualquier lugar.
que una vez producido ese encuentro; ¿Qué haremos? ... seguiremos cargando con nuestras viejas costumbres? ... ¿O imitaremos a la samaritana? que dejó su cántaro de agua que simbolizaba sus hábitos,  su carácter, sus vicios, sus amistades ...  Para ir a proclamar que existe alguien que puede darnos Agua de Vida y saciar nuestra enorme y constante sed almática de satisfacciones personales, se llamen, como se llamen; carreras, negocios, pareja, hijos, salud, vicios,  ...

Otra cosa que aprendo es que Jesús, habló con ella libremente, sin censurarla, es mas, elogió su sinceridad, sin reprocharle nada de su vida, encontró algo bueno en ella!

Que Dios nos ayude a que hagamos lo mismo con otros, con nuestra familia y aun, con nosotros mismos; porque muchas veces nos deprimimos tanto que no encontramos nada bueno en nuestro vivir.

Señor Dios y Padre! gracias por tanto Amor, Paciencia y Misericordia para con nosotros, te rogamos tengas a bien el concedernos tu gracia de amor para vivir con fuerza de voluntad para obedecer todos tus mandamientos que nos reconfortan y salva nuestras vidas, en el nombre de Jesús amen!


DIOS LES BENDIGA!









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